El batik: una historia que se pierde en el tiempo
El batik es un proceso de estampado y teñido textil cuyos orígenes se remontan a más de 2000 años de antigüedad. En el antiguo Egipto y en Persia se confeccionaban prendas con la técnica del “batik” y de igual forma se desarrolló en la India, China, Japón y en la mayor parte de Oriente. Su origen remoto podría ubicarse en el archipiélago indonesio, región famosa por la calidad y belleza de sus estampados.
LA PALABRA BATIK DERIVA DEL TÉRMINO JAVANÉS “AMBATIK”, QUE SIGNIFICA RETOCAR, ESCRIBIR O DIBUJAR
La técnica consiste en aplicar capas de cera sobre las regiones que no se desean teñir (zonas reservadas), tiñéndose aquellas zonas que no son cubiertas por la cera. Luego se vuelve a reservar aquello que no se desea teñir y se suma un nuevo color, repitiéndose este proceso tantas veces cómo sea necesario.
Una larga tradición y muchos usos
La tela estampada con batik se emplea para casi todo tipo de prendas, desde pantalones informales hasta vestidos elegantes. También se utiliza para cuadros, tapices, manteles, colchas. Los turistas que se pasean por un mercado indonesio suelen encontrar bolsos, sandalias, pantallas para lámparas; las posibilidades son casi interminables.
Debido a la riqueza expresiva que se logra con esta técnica de teñido, muchos artistas contemporáneos lo utilizan para realizar sus creaciones. El artista puede usar una amplia variedad de métodos para aplicar la cera y los tintes: pulverizar, grabar, salpicar, agrietar la cera (craquelado); y puede utilizar muchos tipos de herramientas diferentes: sellos de cobre y madera, pinceles, plantillas.
Esta diversidad de recursos hace del batik una técnica única, que requiere de un largo tiempo de aprendizaje y dedicación, pero cuyos resultados son de sorprendente belleza.